EL GOLEADOR VIENÉS QUE NO CANTABA SOLO SUS GOLES
La historia nos cuenta que el seleccionado austríaco participó de solamente ocho torneos ecuménicos de los veintidós disputados hasta la fecha.
Nuestro protagonista participó en dos de ellos, en el realizado en la Argentina durante 1978 y el disputado en 1982 en tierras españolas.
Conquistó cuatro anotaciones durante el torneo jugado en América del Sur y uno en la península ibérica.
Claro que su paso por diversos equipos de su país y su posterior llegada al Barcelona, para reemplazar nada más y nada menos que a Johan Cruyff lo catapultaron para llegar a ser el máximo goleador de la liga española, logrando también anteriormente la Bota de Oro en la temporada 1977-1978, cuando todavía jugaba en el Rapid de Viena, ocupando siempre la posición de centro delantero.
Nació en la capital austríaca el catorce de febrero de 1953, para poder participar desde muy pequeño en diversas instituciones deportivas, donde podía demostrar su olfato de goleador, que demostró con creces, convirtiendo más de quinientas anotaciones sumando la conquistadas en los diversos clubes donde jugó y en el seleccionado de su país en poco más de setecientos encuentros disputados, logrando también ser nominado con el Balón de Plata en 1978 como el segundo mejor jugador de Europa detrás del inglés Kevin Keegan.
Cuando el año 1978 llegaba a su fin un terrible accidente automovilístico ocurrido en Barcelona lo dejó maltrecho resultando su esposa la más damnificada ya que estuvo al borde de la muerte.
A pesar del mal momento vivido ambos se pudieron recuperar y Hans Krankl volvió no solamente a gritar sus goles, también se dedicó a cantar para los que quisieron escucharlo.
Claro que lo del canto lo fue perfeccionado una vez que dejó la práctica profesional y que su otra profesión de técnico se fue agotando, la veta artística comenzó a aparecer lentamente de la mano del Pop.
En una de sus primeras apariciones dio un concierto para más de cuatrocientas personas que comenzaron a conocer al ex goleador para acercarse al cantante.
En su época de jugador había grabado un disco simple, que no era más que una prueba, que con el tiempo pudo perfeccionar, hasta aparecer en los escenarios de su país de origen con el seudónimo de “Johann K”, interpretando diversos temas del género mencionado anteriormente y dejar de lado al futbolista consagrado para generar empatía desde lo musical.
Hans Krankl quien supo tener como técnicos a los mejores de la época en la cual jugó, como por ejemplo al argentino Helenio Herrera y al húngaro Ladislao Kubala, sin embargo, prefirió cambiar la verde gramínea por los escenarios, el lugar en el cual convive a sus setenta años.