EN ESTE MUNDIAL, NO ESTAMOS SOLOS

Por :Roberto Blanco Macor
27/11/2022


Estuvo en la cancha. ¿Cómo se lo va perder?. Él va a estar siempre, hasta el fin de los mundiales, cuando ni vos, ni yo estemos más. Afuera del estadio, en cualquier rincón de Doha, a los 10 minutos de juego, en la memoria de sus eterno fieles.
Su presencia omnipresente se sintió en cada hogar del país, en el mundo donde hubiera un argentino con la camiseta puesta. Imposible no sentirlo
Y ahí adentro de la cancha, estos pibes, esta nueva generación, con el heredero como líder, a veces criticados con exageración, le hicieron honor a su leyenda. Jugaron como si la vida de la Copa dependiera de este solo partido.
Algo de eso había.
Se tenía que jugar con su mística, con su manera de comprometerse con la camiseta que tanto amamos.
Hubo jugadores de este plantel que aún siguen en deuda con todo lo que pueden dar en el juego, pero nadie puede decir que no corrieron, que no pusieron garra, que no se mataron el alma, por el sueño colectivo.
Y en el momento más duro, cuando hasta lo llegamos a ver que no era su partido, La Pulga, el astro dentro de la cancha, cumplió. Volvió a convertirse en el héroe sin capa ni careta, y con un golazo a su estilo, destrabó el jeroglífico que el “Tata” Martino, que tanto nos conoce, había armado para complicarnos el día.
Así son los héroes, como fue él también: Y debe de haber aplaudido y gritado ese gol desde el palco eterno donde nos mira para seguir cuidando nuestros sueños.
Vaya noticia: lo extrañamos tanto: extrañamos, esas gambetas imparables del México dulce y querido; las puteadas en primer plano en la Roma eterna, el grito desaforado a la cámara en tierras bostonianas, o con su rosario entre las manos , al costado de la línea de cal, en las tierras de libertad e igualdad de Mandela.
No es fácil un Mundial sin él. Los hinchas como lo jugadores siguen mirando hacia un palco imaginario en cada partido, con la fantasía de volver a verlo como una esfinge griega elevada a la eternidad, con sus brazos cruzados intentando que su pecho no salte a la cancha.
Hoy la selección nacional recuperó sus sueños, demostró personalidad actitud, y se afianzó en su estrella mágica ¿Quién se va atrever a decirnos que el Diez no estuvo allí para darnos una mano y alentarnos?
Estoy convencido que a los 19 minutos, cuando Angelito Di María vio a Messi, parado al lado del árbitro (Esa es una gran ubicación, porque nunca nadie te está marcando) alguien frotó la lámpara y nuestro D10S del fútbol le susurró a la Pulga ala oído…¿Queres pegarle al arco?… hacelo…y ya sabemos lo que pasó.
El partido terminó hace largo rato, pero la adrenalina sifue abraza a nosotros como el festejo de Enzo Fernández con el propio Messi en el 2 a 0.
Ahora, respiramos un poco más aliviados.
La verdad, no sé qué pasará en las próximas finales que le quedan a la selección. La volveremos a vivir con esta misma intensidad, porque no sabemos entender la pasión por la casaca nacional de otra manera
Solo sé, y eso me tranquiliza, que lo tenemos a ÉL para decirle Gracias por tanto, antes y después.
Pero también para pedirte: Diego, no nos dejes solos…porque la vida es eternamente circular, y con este sueño colectivo y con Messi como bandera. deseamos volver al inicio de todo. Vos sabés muy bien de que te hablamos.. aquel del 86.