FÚTBOL FEMENINO: ¿Y LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES?

El torneo de fútbol femenino de la primera divisional que organiza la Asociación del Fútbol Argentino, o sea la AFA, cuenta en la actualidad con solamente veinte instituciones, las cuales participan durante este año 2023 en dos torneos.

El primero se definió este último viernes que tuvo nuevamente como finalistas a la UAI Urquiza y a Boca Juniors, quedándose las chicas del club de la Ribera con el tercer título consecutivo, ya que es notorio que cuentan con un poder de fuego superior al resto.

Claro que en algunos casos la disparidad de fuerzas es tan significativa que provoca que el incipiente fútbol femenino argentino, con el Mundial de Nueva Zelanda a la vuelta de la esquina, no le pueda garantizar a los demás equipos un tiempo lógico de formación, más allá del bajo presupuesto con que cuentan algunos clubes.

El segundo torneo del año dividirá a los conjuntos participantes en dos zonas, de diez participantes cada una, jugando todas contra todas, culminando los cuatro primeros de cada zona en una fase final, que determinará a las nuevas campeonas, y sentenciará a cuatro planteles a bajar a la segunda categoría.

Pero lo que nos preocupa en este momento es que no se cumple con la igualdad de oportunidades que, sí se otorgan a los planteles masculinos, ya que recientemente se eliminó un descenso en la máxima categoría del fútbol argentino, por lo cual la historia de los tres descensos definidos con anterioridad, se dio vuelta en una votación unánime, en la cual se determinó que sean solamente dos las instituciones que pierdan la categoría en este 2023.

Más allá de las diferencias económicas, de los problemas que cada club posee en la conformación de sus planteles femeninos, de la deficiente repartición del dinero de la AFA para las instituciones, de la desorganización que habitualmente vemos reflejada con el correr de las fechas.

No sería viable que se pueda acceder a eliminar un par de descensos, que le permitiría a los respectivos cuerpos técnicos trabajar de una manera más tranquila, no poniéndose la soga al cuello, en un juego que desde hace muy pocos años se viene incrementando en cuanto a la cantidad de participantes del género femenino, y que en otras latitudes llega a ser más importante que el deporte masculino.

Será justicia si las autoridades competentes toman carta en el asunto, para lograr que los planteles puedan ir conformándose de una manera acorde a las circunstancias, y no siempre lleguen a disputar las finales las instituciones que hoy por hoy, son las más poderosas.