La joya de Lanús que emigró a Italia después de un secuestro
Lautaro Valenti, que busca continuidad tras una serie de lesiones, marcó en el descuento para el triunfo por 2-1 sobre Monza, y fue la gran figura de la fecha del Calcio. Su historia
Ya se habían cumplido los siete minutos adicionales del epílogo entre Parma y Monza, el último de la tabla de la Serie A, cuando el árbitro Federico La Penna decidió dejarle una jugada más al local.
Lo que parecía cerrarse en un 1-1 se rompió.
Tiro de esquina cerrado al primer palo para que un rosarino peinara la pelota pegada al segundo poste y desatara la euforia de los parmesanos por el 2-1. Se trata de Lautaro Valenti, aquel fornido zaguero, casi olvidado, pero que dejó una gran impresión en Lanús antes de la pandemia, con 20 años.
Tanto que duró poco en el fútbol argentino: fue protagonista de una venta millonaria (10,5 de euros) y hoy lucha en Italia por reencontrarse tras varios golpes físicos que se transformaron en una pesadilla.
El desahogo puede significar un punto de inflexión en el “Toro”.
El grito, sorprendido, pero con los puños alzados, un salto en medio de la alocada corrida y los múltiples abrazos de los compañeros tienen, evidentemente, un trasfondo que va más allá del triunfo agónico: la alegría por quien lleva más de cuatro años vistiendo la camiseta de los “Cruzados”, pero no logra asentarse. Sí, demasiado tiempo para esa conclusión.
Fue su primer gol en la máxima categoría del calcio y el segundo desde que se radicó en Italia.
Aunque, claro, en un defensor central no es lo fundamental.
Se trata del combo. Su desahogo, pero sobre todo el hecho de poder jugar y empezar a tener cierto rodaje, esperando que –esta vez- en la ruta no haya ningún obstáculo que le impida crecer.
El viaje transita veloz: el 14 de enero ya celebrará su cumpleaños número 26.
El zurdo, que pese a medir 1,88 metros aparenta ser un gigante de muchos más centímetros, surgió en la institución granate, más allá de ostentar dos partidos en la novena división de Rosario Central.
Luis Zubeldía lo hizo debutar el 6 de mayo de 2019, en una derrota ante Vélez por la Copa de la Liga Profesional. Sin embargo, su explosión llegaría al siguiente campeonato.
Inmediatamente fue figura pero hubo un hecho que lo marcó: un secuestro exprrés que decidió su futuro de emigar.
“Me agarraron en Lanús. Se ve que conocían el auto y aprovecharon cuando estaba parado comprando en un kiosco con un amigo. Nos agarraron entre tres, nos llevaron por todos lados. Tenía que tener la cabeza gacha y me pegaban culatazos. Estuvimos cinco horas dando vueltas, una locura. Querían que fuéramos a mi casa, pero les dije que vivía en una pensión, donde había seguridad. Me preguntaron quién podía pagar el rescate y tuvimos que llamar a mi representante (Adrián Ruocco), que por suerte pudo pagar. Gracias a él estoy vivo”, le contó al programa “Paso a Paso”, de TyC Sports, por aquellos días.
Y agregó: “Tuve mucho miedo de que pasara lo peor porque siempre tenía el arma en la rodilla. Y sabía que si no pagaban me metían un tiro. Pedían 70 mil dólares, pero después fue menos”.