LA TARDE QUE EL CIELO DEL FUTBOL ARGENTINO SE PINTÓ DE GRANATE

2/12/2022

Por: Roberto Blanco Macor

“En la cancha de Boca, vamo a ganar, y la vuelta, y la vuelta vamo’ a dar”
Era el gritó que e escuchó una semana antes en la Fortaleza, tras golear a Gimnasia y Esgrima 4 a 0.
Lo gritaban las almas que colmaron la tribuna visitante de la Bombonera, cuando aún recibía hinchadas rivales.
Lo gritaban antes de comenzar el partido las lamas granates que se acercaron al estadio del puntero del Torneo Apertura para seguir de cerca el choque ante Boca.


El equipo del querido Ramón Cabrero quería cerrar un maravilloso campeonato, una fecha antes del final del torneo, y ese plantel sintió que ese debía ser el día de la vuelta olímpica.
Llegó al choque con 34 unidades, con 3 más que su escolta Tigre –la sorpresa del campeonato en el primer torneo luego de ascender a primera luego de 27 de no jugarlo—y los Xeneizes que tenían 30.


Con 6 puntos en juego, no perder ante el equipo local ya lo dejaba a estos fuera de la lucha por el título.
Así fue que aquel soleado domingo 2 de diciembre de 2007, el plantel fue despedido y acompañado por una caravana que presentía que el camino a la gloria era de esa jornada.


Al alcance de la mano estaba la posibilidad de la primera estrella en el fútbol local. Por supuesto que el título de Copa Conmebol de 1996 tenía un gran valor en las vitrinas y memorias, pero se necesitaba la vuelta olímpica en el fútbol argentino.
Lo pedían los memoriosos del subcampeonato de 1956, pero también los más cercanos del Clausura 1998 y el Clausura 2006.
Lanús ya reclamaba a gritos entrar al selecto grupo de los clubes campeones del fútbol argentino donde no había un nuevo campeón por primera vez desde 1984, cuando Argentinos Juniors logró su campeonato.


Había que romper 23 años de títulos de River, Boca, Independiente, Racing, San Lorenzo, Estudiantes de la Plata, Newell’s, Rosario Central y Vélez, como nombres ya repetidos.
Antes de ser parte de la fiesta de La Bombonera, se pusieron en venta en la Fortaleza las escasas 2860 entradas que Boca dio para encuentro, a pesar que Lanús había solicitado dos bandejas, el club de La Ribera solo cedió la tercera, excusándose en “directivas del Comité de Seguridad”.
En esa mañana del 1° de diciembre, las entradas volaron en una hora y mucha gente quedó molesta, porque además luego se supo que solo se pusieron a la venta 1350. El resto las tomó el club para familiares de jugadores, invitados, dirigentes y parte de la barra.
Una controversia que se caldeó el día de la fiesta del festejo entre socios y algunos dirigentes, y que fue motivo de quejas por varios días, y el título no logró calmar.


Ese torneo Apertura no tuvo un buen inicio para el equipo de Cabrero. En la primera fecha, cayó de visitante ante Independiente 3-5, en un intenso partido, y luego de local empató con Huracán (1-1) y cayó luego ante Colón (1-2), en el Cementerio de los Elefantes.
Al cierre de esa fecha iba último junto a Gimnasia y Esgrima la Plata, ambos con un punto.
Sin embargo, a partir de allí, el equipo, que tenía muchos juveniles de la cantera del club, hizo un clic y tomó vuelo.
Así hilvanó 4 triunfos y un empate hasta la 8° fecha – Olimpo (L) 2-1; Banfield (v) 2-1; Gimnasia y Esgrima de Jujuy (v) 2-0; NOB (V) 0-0 y San Lorenzo (L) 4-3.
Esa racha lo elevó al cuarto lugar con 14 unidades a dos de los líderes en ese momento, Independiente y Boca, con 16.
En la 9° fecha visitó el Monumental y allí sufrió una dura derrota, por 1-3, y que sería la última del torneo.
Nuevamente el equipo volvió a creer en sus condiciones, buen fútbol, solidez defensiva y un ataque contundente con José “Pepe” Sand como estandarte, eran sus argumentos,


El centrodelantero se convirtió en pieza clave con 12 goles convertidos de allí al final del certamen, de un total de 15 en esa temporada.
A partir de la décima jornada, con la victoria de local ante Estudiantes, 1 -0, Lanús sumó 10 partidos invicto con 7 victorias y 3 empates. Era imparable.
Lo mejor de esa campaña fueron los triunfos consecutivos, entre la 12° y la 16° -Vélez, 2-1; Arsenal 1-0; San martín de San Juan 2-0; Tigre, 2-1 y Rosario Central 4-1.
Estos resultados positivos los pusieron en la punta de la tabla a partir de la fecha 14 y ya no la dejaría más.
En el medio quedaron un empate con Racing, 1-1, y con Argentinos Jrs , 0-0.
Así todo quedó enfocado a esa tarde en la cancha de Boca. El partido fue duro y tuvo la tensión de la definición, que se notó más en el Granate quien tenía claro la responsabilidad de ese momento histórico.


La apertura del marcador llegó a los 37 minutos del primer tiempo con un cabezazo de Sand que hizo delirar al pueblo granate. En el segundo, a los 22 empató Martín Palermo, en un momento de los Xeneizes dominaron a pesar de jugar con uno menos, por expulsión del colombiano Vargas
Sobre el cuarto de hora final, el equipo de Cabrero, volvió a jugar con inteligencia como gran parte del torneo, se acomodó en la cancha y hasta tuvo dos chances concretas de llevarse el triunfo con llegadas de Sand y Sebastián Blanco.
El empate dejaba sin chances a Boca, que horas después viajaba a Japón para jugar la Copa Mundial de clubes, y con el resultado en la Paternal, donde Argentinos venció a Tigre 1 a 0, el título ya era una realidad.


Lo que siguió después es memoria fresca en cada uno de los hinchas del club. La locura y el festejo desatado dentro de la Bombonera, que se extendió por largo rato, y el carnaval eterno en la tercera bandeja.
Si, señores, Lanús era campeón.


Siguió en el vestuario, en el micro de regreso a casa y las 40 mil almas que esperaban a los héroes en La Fortaleza.
Con el pitazo final hubo un hombre, de cabello blanco, que brillaba en el sol, un tipo que era barrio y tenía pertenecía. Era Don Ramón Cabrero que se tapaba la cara con las dos manos para que la emoción y las lagrimas no fuera tan evidentes.
Ese título fue de aquel inolvidable plantel, pero todos, protagonistas e hinchas, cuando los recuerdos invaden los simbolizan en el director técnico y formador


“Esto es para todos, para los que estuvieron acá, para la gente que fue a la cancha de Lanús porque no consiguió entrada y para muchos que están en el cielo. El título sirve para devolver una parte de todo lo que el club me dio. Para mí, es muy fuerte, porque Lanús es mi barrio, y sé que le di una alegría muy grande a gente a la que me voy a encontrar a la vuelta de mi casa… Ahora me puedo retirar tranquilo, no es lo mismo salir campeón acá que con otro equipo”.
“Oy, oy, oy, es el equipo de Ramón”
A 15 años de un día inolvidable, Gracias, Ramonín

El equipo de aquel histórico día

Carlos Bossio, Rodolfo Graieb, Walter Ribonetto, Santiago Hoyos y Maximiliano Velázquez (Nelson Benitez); Sebastian Blanco, Agustín Pelletieri, Martín Frizler y Diego Valeri (Sebastián Salomon); Lautaro Acosta (Leonardo Sigalli) y José Sand DT: Ramón Cabrero

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