Lanús 80 años: el duelo de sangre en Monte Chingolo. que fue noticia en Nueva York
En sus 80 años de vida la Ciudad de lanús también construyó historias que trascendieron sus fronteras y crearon hitos que se hicieron conocer superando el tiempo. Es el caso del último «duelo por el honor» que se conoió en la Argentina, y que sucedió hace 56 años en Monte Chingolo, y fue tapa del New York Times
Las ofensas entre caballeros que se derivaron en combates de armas fue un acto cotidiano en la vida del país entres fines del siglo 19 y las primeras cinco décadas del siglo XX, hasta que fueron prohibidas y perseguidas por la policía.
Fue parte de una época en la que el honor entre hombres se defendía con espadas, en duelos que tenían un protocolo estricto y que funcionaban también como espectáculos populares.
Eran tan pintorescos que llegaron a la literatura, el cine y hasta los dibujitos animados. Y aunque empezaron hace mucho, no terminaron hace tanto.
El sábado 3 de noviembre de 1968 se realizó el último choque y fue en Lanús, en una quinta de Monte Chingolo, donde un militar ofendido quiso a poner a prueba a un periodista.
Aquí existía un diario que se llamaba Autonomía y no tenía ese nombre en vano.
En él publicaron un artículo que le molestó al almirante Benigno Varela, un militar que había sido parte de la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas que hizo el Golpe de 1966.
Se había retirado hacía un mes dejando el cargo de comandante en jefe de la Armada, y para ese momento era un hombre bastante conocido.
En la nota en cuestión lo habían tildado de traidor y a Varela, claro, no le gustó nada. Entonces decidió actuar. Y lo hizo a su manera. Eligió a dos hombres de su círculo cercano para que actuaran de «padrinos», una especie de asistentes de los contendientes de duelos.
Fueron el almirante Carlos Alberto Garzoni y el doctor Atilio Barneix. Los mandó hasta Lanús a buscar a Yoliván Biglieri, un abogado y periodista radical que por ese entonces dirigía Autonomía y que era, por lo tanto, el responsable de las palabras que incomodaron a Varela, que no estaban firmadas por nadie.
«Los dos padrinos fueron hasta la oficina de Biglieri y le informaron que Varela quería batirse a duelo. El militar habrá pensado que Biglieri se iba a asustar y que le iba a pedir perdón. Pero no sabía que se estaba enfrentando a un hombre con todas las letras y a una figura clave para Lanús, que de ninguna manera se iba a achicar«, cuenta el historiador Omar Dalponte, ex director del Museo Municipal Juan Piñeiro, de Lanús.
«Lo que no sabía, tampoco, es que el abogado tenía conocimientos de esgrima y que iba a ser capaz de dar una pelea pareja«, agrega Dalponte.
Entonces Biglieri también eligió a dos personas cercanas para que oficien de padrinos: el ex diputado nacional Vicente Mastrolorenzo y Jorge Najle. Acordaron día y lugar para el duelo.
Sería el 3 de noviembre de 1968 en lo que en ese entonces era la calle Caá-Guazú (hoy la avenida Eva Perón) casi llegando a las vías del viejo Ferrocarril Belgrano, en Monte Chingolo, la parte Este de Lanús.
Fue a primera hora de la mañana, cerca de las 6, cuando el sol recién empezaba a asomarse. Pero no pasó desapercibido.
Por periodistas extranjros que estaban en la Argentina, el evento apareció hasta en el New York Times y la BBC.
En Los Ángeles Times titularon el relato «Affaire de honor en Argentina» y los medios locales no se quedaron atrás: lo cubrieron Clarín, La Nación y Crónica, entre otros.
Es que para ese momento, un duelo a espadas en pleno Lanús era algo casi tan raro como ahora. «Un hecho absolutamente extraño. Llamó muchísimo la atención. Porque además tuvo todos los detalles de un verdadero duelo.
Además de los padrinos, cada contendiente tenía un médico. El de Biglieri fue José María Vázquez, otro vecino de Lanús que también participaba en política, pero desde el peronismo», afirma Dalponte. También hubo árbitros titulares y suplentes.
COMO FUÉ EL ÚLTIMO DUELO?
Para pelear, los hombres se sacaron la camisa. Sable en mano y en cuero, rodeados por el verde de la quinta de Chingolo, lucharon.
«La policía de la Provincia de Buenos Aires, a través de la acción de un cabo y un agente, intentó impedir el lance pero no logró sus propósitos y debió permanecer ante la puerta de entrada de la quinta
Las condiciones del lance establecían asaltos de dos minutos de duración por tres de descanso, a sable con filo, contrafilo y punta, interrumpiéndose únicamente ante la inferioridad física de uno de los rivales«, detallaba la nota del Diario Clarín.
Hubo apenas tres asaltos y pasadas las 6.30 terminaron por acuerdo de los médicos. Tanto Biglieri como Varela tenían cortes en la cara y el torso, y, a fin de cuentas, decidieron que era mejor que ninguno terminara realmente lastimado. Mucho menos, muerto.