PATRICIA BULLRICH PIDIÓ LICENCIA EN EL PRO Y ASUMIRA UN DIRIGENTE DEL RIÑÓN DE MACRI

Asume el vicepreidente Javier Angelini, quien es del riñón del expresidente. En el pedido de licencia por 90 días se mezclan razones prácticas con una decisión de diferenciarse de Larreta

14/04/2023

Patricia Bullrich se alejó de la presidencia del PRO para dedicarse de lleno a la campaña, en una jugada a varias puntas.

Con su pedido de licencia, quiere dar la imagen de que no duda en alejarse del aparato partidario para acercarse más a la gente y tener más libertad para opinar sobre sus rivales (o su gran rival) en la interna.

Busca, además, incomodar a Horacio Rodríguez Larreta porque implícitamente le pide que dé un paso al costado en la Jefatura de Gobierno. Y algo que no es menor en medio de la fuerte pelea interna: ascenderá como jefe del PRO Federico Angelini, su actual vicepresidente, un hombre de Macri que se convirtió en una pieza clave de su armado político.

La decisión ya estaba tomada desde hace semanas, pero no parece casual que Bullrich la haya anunciado ahora, a poco de haber comenzado la batalla en el PRO por la decisión de Rodríguez Larreta de que en la ciudad de Buenos Aires se utilizará el sistema de elecciones concurrentes, con dos urnas, una alternativa que empareja las chances en las urnas de Jorge Macri, el candidato del ex presidente y de Bullrich, y del radical Martín Lousteau para disputar la Jefatura de Gobierno.

El pedido de licencia fue uno de los temas sobre los que conversaron Macri y Bullrich en el encuentro que mantuvieron el jueves pasado.

La jefa del PRO preparó su anuncio en el mayor de los sigilos y la noticia se difundió esta mañana, cuando ella ya estaba en vuelo desde Tucumán hacia Buenos Aires. Aunque era esperada, la decisión implica otra apuesta de Bullrich con fuerte aroma proselitista.

Bullrich decidió no hablar de la pelea feroz que mantiene con Rodríguez Larreta, aunque algunas de las señales que está dando están claramente dirigidas a diferenciarse de su adversario interno. Algunos creen que para darle a su decisión un valor más profundo, la titular del PRO debería haber renunciado directamente a la presidencia del partido y no limitarse a un pedido de licencia.