Sandro, la leyenda que se hizo inmortal hace 15 años

Un hijo dilecto de Lanús, nacido la Ciudad de Buenos Aires, pero que vivió, desde sus primeros días en Valentín Alsina, hoy está en la memoria de sus fans al cumplirse 15 años de su fallecimiento, en Mendoza.

Sandro durante su espectáculo "El hombre de la rosa" en el teatro Gran Rex. Foto: DYN

 

Roberto Sánchez Ocampo adoptó el seudónimo artístico Sandro debido a que sus padres quisieron anotarlo bajo ese nombre y el Registro Civil no se los permitió.

Roberto  luego adoptó el seudónimo «Sandro de América», quizás porque su talento podía extenderse y cruzar fronteras. Roberto Sánchez Ocampo falleció un 4 de enero de 2010 debido a un shock séptico.

Pero en el medio pasaron 52 álbumes originales, 8 millones de copias vendidas, Los del FuegoTrigalAsíPorque te amo,Quiero llenarme de ti y las incontables funciones en el Gran Rex.

Quien interprete a Sandro será elegido de un casting abierto.

Dueño de la canción melódica y la balada, adorado por sus «nenas» y con un estilo seductor y atrevido, Sandro logró trascender en el arte argentino.

A pesar de sus romances, su verdadero amor fue el tabaco, el vicio que lo llevó a su muerte. Diagnosticado con enfisema pulmonar en 1997, Sandro atravesó etapas de terapia intensiva, broncodilatadores y tubos de oxígeno.

La situación empeoró el 20 de noviembre de 2009, cuando fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Italiano de Mendoza para recibir un trasplante pulmonar. Su veloz recuperación engañó a los partes médicos, que creían que un milagro había ocurrido. Para ese entonces, su corazón y su pulmón no eran suyos, sino de un joven italiano de 22 años que se había suicidado.

 

Pasaron 45 días en los que hubo médicos, controles, fanáticas y medios. También volvió a empeorar el cuadro de Sandro, y el germen Acinetobacter baumannii que había afectado al «Gitano» evolucionó. Luego de controlarse con antibióticos, hubo un rechazo pulmonar, por lo que solo restaba contar las horas.

OLGA GARAVENTA, SU ULTIMO GRAN AMOR 

Olga Garaventa conoció a Sandro por teléfono.

Era la secretaria de Aldo Aresi, el representante del cantante. La relación comenzó casi sin querer, luego de una década de apenas “buenos días, buenas tardes”, con llamadas que cada vez se hacían más y más extensas. “

De 5, 6, 7 horas”, contó ella alguna vez. Sus recuerdos siempre tuvieron precisión: el 23 de octubre de 2004, él apareció en El Castillo, como llamaba a sus oficinas.

en diciembre, pasó a saludarla para las fiestas. El 2 de febrero de 2005, Olga, que tenía 50 años, llegó por primera vez a la mansión de Sandro en “Banfield Village”, como llamaba él a la localidad del sur que eligió para vivir. Pero la puerta no la abrió el ídolo: fue Roberto Sánchez

Con la primera frase que le dijo, murió de amor. De esos labios, que enloquecieron millones de mujeres, sólo ella fue la que escuchó “tengo un beso encadenado y la llave de ese beso está en tu boca”.

Ya los dos eran maduros, conocían la felicidad y los sinsabores del amor. Cuando la relación se consolidó, Roberto fue totalmente sincero con ella, le contó de su EPOC, de su incierto futuro: “Se paró frente a mí y me dijo, ‘después de un largo trayecto tengo que decirte la verdad, yo estoy muy delicado de salud, yo no sé si podrás llevar todo esto adelante, no vas a tener un camino de rosas’.

Le dije ‘yo te voy a acompañar, vamos a llevar este problema juntos hasta el final de tus días’, y me dio tiempo para que lo pensara’”

A 15 años de la muerte de Sandro: la última batalla de un ídolo inmortal -  Infobae

En abril de 2007, en el living de la mansión los bendijo el padre Osvaldo Brown como marido y mujer. Tuvieron su libreta roja y sus anillos. Roberto Sánchez tenía 62 años.

Casi tres años después, Roberto Sánchez murió. Sucedió el 4 de enero de 2010 en el Hospital Italiano de la provincia de Mendoza, tras haber sido sometido a un doble trasplante de corazón y pulmón, luego de luchar por años contra un enfisema pulmonar. Sandro, en cambio, es inmortal.