Sandro, la leyenda que se hizo inmortal hace 15 años
Roberto Sánchez Ocampo adoptó el seudónimo artístico Sandro debido a que sus padres quisieron anotarlo bajo ese nombre y el Registro Civil no se los permitió.
Roberto luego adoptó el seudónimo «Sandro de América», quizás porque su talento podía extenderse y cruzar fronteras. Roberto Sánchez Ocampo falleció un 4 de enero de 2010 debido a un shock séptico.
Dueño de la canción melódica y la balada, adorado por sus «nenas» y con un estilo seductor y atrevido, Sandro logró trascender en el arte argentino.
OLGA GARAVENTA, SU ULTIMO GRAN AMOR
Olga Garaventa conoció a Sandro por teléfono.
Era la secretaria de Aldo Aresi, el representante del cantante. La relación comenzó casi sin querer, luego de una década de apenas “buenos días, buenas tardes”, con llamadas que cada vez se hacían más y más extensas. “
De 5, 6, 7 horas”, contó ella alguna vez. Sus recuerdos siempre tuvieron precisión: el 23 de octubre de 2004, él apareció en El Castillo, como llamaba a sus oficinas.
en diciembre, pasó a saludarla para las fiestas. El 2 de febrero de 2005, Olga, que tenía 50 años, llegó por primera vez a la mansión de Sandro en “Banfield Village”, como llamaba él a la localidad del sur que eligió para vivir. Pero la puerta no la abrió el ídolo: fue Roberto Sánchez
Con la primera frase que le dijo, murió de amor. De esos labios, que enloquecieron millones de mujeres, sólo ella fue la que escuchó “tengo un beso encadenado y la llave de ese beso está en tu boca”.
Ya los dos eran maduros, conocían la felicidad y los sinsabores del amor. Cuando la relación se consolidó, Roberto fue totalmente sincero con ella, le contó de su EPOC, de su incierto futuro: “Se paró frente a mí y me dijo, ‘después de un largo trayecto tengo que decirte la verdad, yo estoy muy delicado de salud, yo no sé si podrás llevar todo esto adelante, no vas a tener un camino de rosas’.
Le dije ‘yo te voy a acompañar, vamos a llevar este problema juntos hasta el final de tus días’, y me dio tiempo para que lo pensara’”
En abril de 2007, en el living de la mansión los bendijo el padre Osvaldo Brown como marido y mujer. Tuvieron su libreta roja y sus anillos. Roberto Sánchez tenía 62 años.
Casi tres años después, Roberto Sánchez murió. Sucedió el 4 de enero de 2010 en el Hospital Italiano de la provincia de Mendoza, tras haber sido sometido a un doble trasplante de corazón y pulmón, luego de luchar por años contra un enfisema pulmonar. Sandro, en cambio, es inmortal.