UNA VOZ DEL FOLKLORE, QUE COMO LA PELOTA, JAMÁS SE MANCHÓ
Cuando desde pequeño comenzó con el sueño que muchos chicos tienen de jugar en primera, pudo desandar el recorrido de sus primeros pasos en el club Adolfo Pedernera de la localidad de Luján, y con el correr del tiempo logró una ansiada prueba en las divisiones inferiores de Boca Juniors.
En una ocasión el recordado defensor y mediocampista boquense José Rubén Suñé se había llegado hasta la ciudad de la Basílica para ver algunos chicos en acción y Luciano le llamó la atención por su desmarque, su velocidad y su locuacidad para sortear obstáculos dentro de un terreno de juego.
La posibilidad le llegó y comenzó un camino de ida formando parte de las formativas de la institución de la Ribera, hasta que una lesión en una de sus rodillas le jugó una mala pasada y este zurdo delantero debió sacar tempranamente su pasaje de vuelta con la frustrada ilusión de ser un ídolo en el fútbol.
Sin embargo, la vida siempre da revancha, y la música fue su otra pasión que lo cautivó desde muy pequeño de la mano del folklore. En una oportunidad se presentó en el programa “Festilindo” que convocaba a pequeños interpretes para mostrar sus cualidades artísticas, lo que fue su primera vez ante las cámaras.
Un tal Horacio Guaraní lo descubrió y le permitió de esa manera acceder por la puerta grande de los intérpretes populares, cuando aún era un adolescente.
Comenzó presentándose en diversos escenarios de la provincia de Buenos Aires, logrando a los diecisiete años su primer gran reconocimiento en el festival de la Doma y el Folklore de la ciudad cordobesa de Jesús María.
A partir de ese momento pudo construir una extensa y prolífica carrera a la cual con el tiempo le fue sumando un aditamento que le sumó a un público joven sumando a su género inicial el melódico.
Durante un tiempo sufrió serios problemas de salud que lo obligaron a dejar de lado su profesión para ocuparse de lleno en su maltrecha salud, por lo que estuvo internado en el sanatorio capitalino de San Camilo, pudiendo regresar a ser un número uno a lo largo de los años y disfrutar de una manera distinta de la vida.
Pudo editar más de diez trabajos discográficos, llenar en diversas ocasiones teatros, como por ejemplo llenar el Gran Rex de la calle Corrientes en dieciséis ocasiones y presentarse en el exterior con un gran éxito.
Su pasión por el fútbol y por Boca Juniors sigue latente como el primer día, hasta tuvo el honor de cantar el himno el día de la despedida de Diego Maradona.
Cada vez que puede su junta con sus amigos a despuntar el vicio con la número cinco, también con el tenis y a sentirse pleno al aire libre.
Luciano Ariel Pereyra nació el día de la primavera de 1981 logrando cautivar a través de sus canciones, de sus melodías una fiel camada de seguidores que siguen disfrutando a pleno a uno de los grandes valores que nos otorgó nuestro país.